Antes de empezar, tenemos que aclarar que un #plandeahorro es un producto financiero que te ayudará a prever, planificar y mejorar, como su nombre indica, tu capacidad de ahorro. Al igual que los seguros de vida, son planes con los que organizar tu economía y no sufrir imprevistos.
Así, con tales sistemas podrás crear tu propio colchón económico, dando tus primeros pasos para conseguir tus objetivos financieros: comprar un coche, ahorrar para empezar tu hipoteca, pagar la universidad de tus hijos, preparar tu #jubilación… Con tantos usos, debemos destacar la amplia oferta que existe para estas formas de ahorro, con planes a largo plazo, de previsión asegurada y centrados en planificar tu pensión.
Características
A la hora de entender cuál es el funcionamiento de un plan de ahorro, debemos atender a sus características. Cuando contratas uno, te comprometes a realizar aportaciones periódicas con el objetivo de ahorrar. Estos ingresos pueden ser muy variables, desde 50 € hasta la mayor cantidad que quieras o puedas ir añadiendo. De esta manera, no ahorrarás de manera aleatoria y pasas a hacerlo automáticamente y a través de un plan que tú mismo has decidido.
Con estos planes, consigues fijar un ahorro sistemático, de modo que te aseguras de que vas a ingresar una cantidad todos los meses. De esta manera, te confirmamos que no se establece un mínimo de inversión mensual ni anual. Por ello, un plan de ahorro es un producto disponible y abierto para cualquiera que tenga una mínima capacidad de ahorrar. La cantidad conseguida está disponible para que la utilices en cualquier momento. No obstante, para ello, será necesario:
• Cancelar todo el plan de ahorro y es que no existe la posibilidad de retirar una única parte.
• Renunciar a las ventajas fiscales que ofrecen estos productos, pues tendrás que declarar los intereses a Hacienda
Cuestiones fiscales
Si los seguros de vida desgravan, hay que tener claro que los planes de ahorro también tendrán una tributación de impuestos específica. Como tal, los primeros 5.000 € que ingreses estarán exentos de cualquier tasa fiscal, siempre y cuando mantengas tu plan durante un periodo de, al menos, 5 años. Del mismo modo, si decides renunciar a él y acordar su cancelación anticipada, se deberán declarar los intereses generados y calculados a partir de una retención del 19%. Pese a lo dicho, puesto que se trata de un producto de baja rentabilidad, hay que saber que, para un plan de ahorro, tanto los intereses generados como las comisiones a abonar siempre serán bajos.
Tipos de planes
• Seguro Individual de Vida o Ahorro a Largo Plazo (SIALP): este tipo de producto conlleva su ahorro a partir de un seguro de vida. Así, se contratan con ua compañía aseguradora y son la mejor opción si buscas rentabilidades a largo plazo con un nivel de riesgo bajo. Si se contrata la póliza de vida, el asegurado y el beneficiario del mismo serán la misma persona.
• Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo (CIALP): como su nombre indica, el ahorro se consigue a través de un contrato de depósito, un acuerdo que implica al cliente y a una entidad financiera. Al contratarse, podrás ingresar las ganancias que genere su rentabilidad.
• Planes Individuales de Ahorros Sistemático (PIAS): se utilizan para ahorrar y, entre otras cosas, para poder conseguir un capital para la jubilación, pues cumplen mayor efectividad.
Belsué Mediación de Seguros
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